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Foto de los hermanos Pou: Mathis Dumas

Cómo sería una conversación entre los hermanos Pou y Fangio sobre la inclusión de la escalada en las Olimpiadas 2020. Bueno es una respuesta que nunca encontraré pero la cuarentena me está llevando por caminos muy reflexivos, he aquí algunas líneas.

Hace unos días leí un artículo que compartió Gaspar sobre los pensamientos de los hermanos Pou y la introducción de la escalada como deporte olímpico. Artículo que me dejó pensando, porque por un lado, como estamos peleando por conseguir y mantener accesos a lugares de escalada en Uruguay (Leé: Canteras del Parque Rodó: a un año de su prohibición), la visibilidad del deporte a niveles olímpicos nos juega a favor, pero por el otro existe el «lado b» que son las consecuencias de que se vuelva un deporte olímpico. Este artículo debió quedarme resonando en la cabeza porque terminaron de hacer conexion mis neuronas hace unas horas. 

La cuarentena (el mundo está atravesado en este momento por el COVID-19)  me llevó a ver varias películas de la historia del automovilismo. La última que vi fue la de Juan Manuel Fangio «El hombre que domaba las máquinas». Argentino, con cinco títulos mundiales que corrió con autos de las mejores marcas. Fangio, como muchos de su época, no solo era un excelente conductor de velocidad, sino que además era mecánico autodidacta y se involucraba en el mantenimiento de sus autos de carrera, era parte del equipo. Escuché testimonios de pilotos actuales (y campeones mundiales) que mencionan que una de las grandes diferencias entre aquella época y la actual, es que antes los corredores estaban más involucrados en la construcción y acondicionamiento de sus coches. En la época de Fangio o Miles, los equipos de cada escudería no eran más 20 personas, contra las 1500 que pueden formar parte de una hoy en día. Actualmente el arte de construir un auto viene de la mano de la asistencia directa de los avances tecnológicos inimaginables en 1951, cuando Fangio ganó su primer título mundial en el Campeonato Mundial de F1.

No podemos negar que el avance tecnológico no ha impactado la escalada deportiva al dia de hoy. Escalamos con mosquetones super livianos de aleación de aluminio 7075 (Zn, Cu, Mg, Mn, Cr, Zr, Ti), cintas de nylon que resisten lo que un cable de acero, cascos super livianos, anclajes que soportan 32 KN, y si alguna partida se descubre defectuosa, en cuestión de días podemos reclamar y cambiarla. El equipo de escalada no se consigue en las ferreterías como antes, ni sale del taller del herrero conocido. Hay entes reguladores, marcas reconocidas y muchísima industria especializada.

Pero, habiendo empezado a escalar hace unos siete años, considero que dentro de lo que hago y el grupo que me muevo, lo que nos atrae es esa casi informalidad de hacerlo por gusto. Sobre todo en Uruguay que no hay hoy en dia ni escaladores super fuertes, ni sponsors detrás de ellos. Claro, no espero vivir de la escalada y no todos tenemos la misma expectativas, pero creo que muchos, priorizamos la pasión que despierta esas escapadas a los cerros de  aquí y estaríamos de acuerdo con los hermanos Pou y su propuesta de una montaña no competitiva, pero si como estilo de vida.

En un momento de la peli de Fangio, llegando al final, él comenta que quería cambiar la suspensión del auto por la que había probado y funcionaba, y no lo dejaron porque el sponsor había puesto plata para que usaran esas partes. Y es un poco también lo que mencionan los hermanos Pou en el artículo, ¿hasta dónde se respetaran los valores de los deportistas frente a los intereses de quienes ponen el dinero?. ¿Qué pasará cuando el equipo de escalada de un profesional, que posiblemente hoy sean no más de 10 personas entre: la cordada, su entrenador, nutricionista, y algunos otros personajes fundamentales para su crecimiento, pasen a ser un número más grande como las escuderías actuales, y el deportista se vuelva parte de los cálculos del límite que tiende a la perfección en búsqueda de una medalla? 

Fangio frente a los hermanos Pou defendería la competencia, porque su vida y su talento hacían que ganase títulos mundiales. Pero creo que que al final de la discusión estarían de acuerdo que hay un quiebre donde la búsqueda de la perfección se vuelve tan tirana, que el arte se vuelve un cálculo, donde el artista pasa a ser un accesorio, y no por no ser talentoso, sino por ser un pieza que encaja perfectamente en una fórmula, y se pierde un poco la picardía, la complicidad entre el deportista y el deporte. Ojo, habrá quienes prefieran la búsqueda de la perfección y disfruten del proceso y me perciban a mi como alguien que ve a la escalada, a la montaña, con una mirada más romántica ó naif. Pero volviendo al tema…

Aquí mi Intento en no sonar purista, por suerte habrán quienes sean más papistas que el papa y podrán nombrar disciplinas dentro de la escalada que honran el purismo más que Jason Kruk y el estadounidense Hayden Kennedy cuando removieron los clavos de la famosa e histórica vía del compresor, pero espero que se mantenga el espíritu deportivo y colaborativo que existe hoy en nuestra comunidad, sin que deje de crecer, sin que se deje de conseguir accesos, y que se empiecen a apoyar a los deportistas que sí quieran dedicarse profesionalmente -sin que se pierda la esencia. El tiempo dirá…

Peppers

Sinópsis de El hombre que dominaba las máquinas:

Basado en un estudio realizado en el 2016 por la Universidad de Sheffield que determinó que Juan Manuel Fangio es el mejor piloto de F1 de la historia, Fangio, el hombre que domaba a las máquinas busca meterse dentro de la mente del mito a lo largo de su carrera y vida personal para comprender que lo llevaba a él y otros pilotos a arriesgar sus vidas corriendo en autos que volaban a las mismas velocidades que los de hoy, pero con mínimas precauciones de seguridad y en donde muchos de ellos no sobreviven hasta el final de la temporada.

Fuente: https://www.filmaffinity.com/es/film144941.html

3 comentarios en “Hermanos Pou v Fangio

  1. Excelente análisis Peppers!, y que abre muchas interrogantes, algunas hacia el debate, y otras que uno se pregunta a si mismo, como muchas veces lo he hecho, ¿Que es lo más disfruto de la escalada? .. y creo que el sabor de sacar una ruta, dentro de un marco imperfecto, en una salida de amigos, siendo una persona más, no un super deportista con un equipo de apoyo detrás, ahí está la magia que sentimos, y que nos hace volver, eso y muchas cosas más que están unidas, y que nos hacen darnos cuenta cuando compartimos un campamento de escalada, que no estamos tan lejos aún en el tiempo de esos escaladores puristas, de esos hippies anárquicos, que asumieron la escalada como un modo de vida.
    Que no se pierda la magia!

  2. Muy interesante tu artículo desde mi humilde opinión y con el poco tiempo que llevo escalando(2años), la verdad soy uno de los que piensa, siente y vive la escalada desde el corazón.
    Respeto toda opinión personal.
    Gracias por compartirlo,
    GM.

  3. Me estaba acordando que hace años en una clase de derecho laboral, un profe de esos salados hizo una comparación del mercado laboral con los juegos olímpicos diciendo que se había transformado en una compulsión obsesiva por batir records; y comentó al pasar «me pregunto qué diría el Baron de Coubertin si viera esto». Yo creo que lo más importante en la escalada (y si me apuran, en la vida) es disfrutar. En lo personal, no quiero dejar de divertirme, de sentir el gozo de la adrenalina y la superación personal. Para mí, el resto es totalmente accesorio. No critico a quienes tienen otras metas, pero la mía es esa: disfrutar, y (en la medida de lo posible)compartir ese gozo. Salute

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