Escalar en tiempos de cuarentena. Por Iván Silva Miguel.

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Salida de placa, un paso de ocho regletas chicas y pies jodidos, en el final subí bien los pies y andá a la regleta grande, después a una muy buena. Respirá aliviado y chapá. Salí a la derecha por las presas buenas hacia la grieta, no demores todavía no llegaste al descanso. Chapá antes de ir. Sí, es lejos hacia la izquierda, pero es así, confiá. Ahora sí, descanso, querido descanso. Recuperá el aliento, sacudí los brazos, volvé a lo más cerca de cero que puedas. No te pongas ansioso, recuperá bien, que lo vas a necesitar. Ahora a chapar la siguiente, de nuevo hacia la izquierda, lejos, pero es así, no hay otra. Después volver al descanso y terminar de recuperar.

Ahora sí: “a muerte”, salí hacia la izquierda de nuevo y subí. La mano izquierda en ese agujero feo, después va a mejorar. Rápido, mano derecha a la regleta, solo para equilibrarte y subir los pies. ¡Subí los pies!, el derecho primero, después el izquierdo, bien alto. Ahora de pie y a equilibrarse. ¡Calmate! Tranquilo, respirá, estás equilibrado. Sí, ya sé, la última cinta quedó allá abajo, a la izquierda de tu pie, pero estás en un balcón, no te vas a caer. Comenzá la travesía hacia la izquierda, con cuidado, por encima del balcón, usando el agujero de la izquierda, cambiá de mano y llevá tu izquierda al otro que está escondido a la misma altura. Ahora con cuidado chapá la próxima, no pierdas el equilibro. Aprovechá y sacudí un par de veces los brazos, memorizá la secuencia. Ya viene la última parte del paso, estás casi afuera. 

Bueno, ¡arriba! Mirá bien los pies primero, después apuntale a la regleta con la mano izquierda y ¡zas! ¡Eso! ¡son dos dedos, pero vas poder quedarte! Acomodalos lo mejor que puedas y rápido cambiá el pie derecho un poquito más arriba. Ahora el pie izquierdo a la regleta chiquita. La mano izquierda sigue en el agujero de abajo. Mirá la regleta de la derecha y ¡bum! Primera falange, tres dedos y en declive, ¡eso mismo! ¡quedate! Ajustá los pies, un poquito más arriba. Cuidado con el equilibrio. Ahora la mano izquierda a la lateral abierta. ¡Uf! Esa es mucho mejor, sentí la seguridad. Rápido, subí los pies bien alto, derecho primero, izquierdo abierto después. Ahora mano derecha a la rampa, después la izquierda y ajustar los pies. ¡Chapá!.

Ya casi estamos. Mano invertida abajo del techito. Sí, ya sé que no es buena y que te podés desequilibrar, pero tenés que confiar. Ayudate llevando la cabeza abajo del techo. Subí el pie derecho bien alto a la rampa, la mano izquierda al techito y después el pie izquierdo también a la rampa. Ya está, pasaste, ahora tenés que calmarte. Recuperá el aliento, sacudí los brazos. ¡Pasaste! Ahora solo recordar por donde llegar a las cadenas, sabés que es fácil. Concentrado encontrando los agujeros. Son todos buenos. Pie, mano, pie, mano…

¡Ahí está la cadena, agarrá la cuerda! !Chapá! !Sonreí! !Festejá!

Ese relato corresponde a la cadena de la vía Eclipse, en el sector Cascata dos Marins, en la localidad de Cotiporã, Rio Grande do Sul, Brasil. Fue el día 09 de marzo de 2020. Escribirlo me permitió recordar la fantástica sensación de escalar una vía alucinante y traer un poco de alegría a este día de cuarentena.

Iván Silva Miguel