Fotos: Pablo Malletti
Los beneficios de la escalada como deporte son muchísimos: aumenta el equilibrio, movilidad del cuerpo, tonifica los músculos, manejo de la frustración, la creatividad, y hasta algunos lo usamos como terapia, y puedo seguir nombrando más, aunque quiero hablar de uno en particular, la escalada como herramienta, y en este caso es a través de Magela Sandín Cuevas que nos abre la puerta a este mundo, donde ella encontró en la escalada, una herramienta para ampliar el horizonte de la psicomotricidad que es a lo que ella se dedica.
Magela, Licenciada en Psicomotricidad de la UDELAR, trabaja con niños de entre 3 y 13 años. En esta edición del Proyecto Zorro Gris, nos toca documentar la escalada como medio terapéutico en la niñez. Magela nos va contando cómo con las diferentes dinámicas planteadas a través de la escalada como juego pudo afianzar el grupo de niñas y niños, logrando armonía entre las diferentes energías de los integrantes, y cómo esas interacciones fueron complementando las diferentes necesidades del grupo.
El lugar de encuentro es el Gimnasio: Escalada Charrúa, donde Magela da sus talleres Martes y jueves de 17.45 a 18.45. Adentro del lugar hay unos seis niños ya trepados en el sector de boulder, corriendo de un lado para el otro hasta que Mage les llama la atención, la clase va a empezar. Pablo se acomoda para tomar las fotos y yo me dispongo a prestar observar.
Este grupo en particular tiene una madurez que me llama la atención, cuando la profe les indica que es momento de entrar en calor, y ellos se suben a la pared y empiezan a hacer lo que nosotros conocemos como travesía, desplazarnos de manera horizontal por las paredes de escalada, utilizando las presas, sin tocar los colchones. Son profesionales, tienen claro qué significa entrar en calor, y como moverse en las paredes. Me sorprende, ingenuamente, que utilicen el mismo lenguaje que nosotros para darse entre ellos indicaciones «empiezan a cazar ese lenguaje <<anda a la roja>>, <<a la amarilla>>, <<hacé un dorsal>>, <<cambio de pie>>, <<adherencia>> me parece alucinante cómo aprenden a entender el lenguaje, pura la estimulación cognitiva», comenta Magela.
Los observo escalar: cambio de pies, juntan manos, hacen adherencia cuando no llegan, drop knees, mantel, bicicletas y cuando caen se ríen y vuelven a subir con más entusiasmo lo que me genera curiosidad si tienen naturalizado el manejo de la frustración o si lo aprendieron: «todos tienen formas distintas de procesar la frustración, asi que lo trabajamos constantemente. Lo bueno de la escalada es que cada uno puede ir eligiendo su desafío y superándose a su tiempo».
Parte de las actividades del encuentro la deciden ellos, Magela explica que les da la posibilidad de proponer dinámicas al grupo, que manifiesten lo que les motiva ese día para hacer, y les da un momento para poder trabajar ese costado más autónomo, luego se enfocarán en la propuesta del día. Los observo ponerse objetivos «mirá voy a llegar hasta la de allá» le dice Martina a Olvia señalando una presa de las más altas y sube en segundos. Al llegar todos saltan al colchón sin pensarlo.
Llega el momento de ponerse los arneses con ayuda de Magela y Santiago. Empiezan a subir las paredes en modalidad deportiva, «no tienen miedo» nos sorprendemos con Pablo, y reflexionamos que nos hubiese encantado conocer la escalada a esa misma edad. Felipe cuenta que él escala con cuerda porque «es divertido, me gusta». Los niños nos dejan reflexionando sobre la confianza en sí mismos, el manejo de la frustración tan acertado que hacen, los movimientos que les salen naturales, la falta de prejuicio al intentar un nuevo desafío mientras el día termina en la parte de arriba del gimnasio, dónde tienen un momento para bajar las revoluciones e interactuar con diferentes juegos de mesa.
«Empecé estudiando medicina, durante ese año descubrí la psicomotricidad, y pensé, tiene todo: psicología, cuerpo, mente, desarrollo infantil, creatividad, ¿por qué no? Así que me inscribí, estudié todo el verano para la prueba de ingreso y así empezó mi tránsito por esta hermosa profesión. Después me empezaron a interesar las mediaciones corporales, cuando conocí el trabajo de Catherine Potel con el agua, el esgrima y la danza con telas pensé <<quiero encontrar mi propio mediador para trabajar con niñes>>. Y cuando empecé a escalar sentí que al fin lo había encontrado».
Talleres para niños:
Los talleres se adaptan a la necesidad horaria de las familias, no dejen de consultar con Magela
Contacto: 099 098 210
Dirección: Gimnasio Escalada Charrúa, Av. Garibaldi 2269, Montevideo.
Instagram: https://www.instagram.com/escaladapsicomotora
Magela Sandín Cuevas
41 años
Lugar favorito: Chapada Diamantina y Arequita
Magela Sandin Cuevas
Licencia en Psicomotricidad, egresada de la Universidad de la República (UDELAR), egreso 2005.
Posgrado en Dificultades del Aprendizaje, en la Universidad Católica del Uruguay (UCU), egreso 2010.
Curso de formación permanente: Psicomotricidad y Psicoanálisis, a cargo de la Lic. en Psicomotricidad Claudia Ravera y el Lic. en Psicología Víctor Guerra. 2009 – 2010.
Formación en Medicina Tradicional China, Escuela Neijing Uruguay. Egreso 2014.
Taller de escritura «Máquinas de escribirnos: Escrituras del yo», a cargo del escritor Álvaro Pérez García, 2016 – 2022.
Supervisión clínica con la Lic. en Psicomotricidad Claudia Ravera, en grupos de estudio. 2015 -2019.
Su trabajo clínico en Psicomotricidad es a nivel diagnóstico y terapéutico con niñes y adolescentes, desde el año 2007 a la actualidad.
Su trabajo en Escalada Psicomotriz (híbrido entre la Psicomotricidad y la Escalada deportiva que viene desarrollando e investigando) se desempeña a nivel educativo, recreativo y terapéutico con niñes y adolescentes, desde el 2019.